Seguí por Pablo Lorentz, hacia el oeste, llevando la luna en la espalda.
La calle estaba casi vacía, si no hubiera sido por algún auto que por momentos cruzaba.
Llegué al boulevard, y ahí ya se percibía un movimiento mucho mayor. Autos, gente sentada en la vereda, el ir y venir en ambos carriles.
Atravesaba las cuadras sin que me doliera ningún paso. Y tenía una imagen que era exquisitamente ineludible. Era cuando nuestros rostros estaban bien cerca. Y nos mirábamos bien cerca, y nos dimos el último beso. Y escuché cerrarse la puerta a mis espaldas. Y me fui como estuve hace unos momentos, caminando solo y recordando tu sonrisa.
Boulevard Yrigoyen: la frontera que divide mi barrio,
el de La Vía, del Santa Teresita.
el de La Vía, del Santa Teresita.
3 comentarios:
yo caminé por la rambla, con una sonrisa de oreja a oreja, tarareando mentalmente una cancion. y tenia ganas de saltar, saltar, saltar.
todo fue pasajero, una lástima.
mirá, primero que nada espero que no estés tirado en una zanja,
y ademas espero que leas el chiste que te mande por msn que es muy gracioso.
bueno me voy a comer yapas y dormirme jajajja
chau chua chaucha
Cada vez está mejor este blog. No sólo por las boludeces que escribís y escribe Veroalma sino también por las que esas boludeces generan en mi marote: para mí, leerlos, es un porro gratuito que no me deja con hambre. Abrazo. ACB.
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