Anoche después de leer mis poemas y que no me matasen, me fui a las mesas, junte las mesas y corrió el vino y quedamos todos del orto y felices. Así que propuse que juguemos al cadáver exquisito. Y esto es lo que salio:
Hace mucho que no los veo, desde el tiempo del arroyo. Que lindo era bañarse allí. El agua que corría limpia entre los sauces, que lindo recordarlo mientras el viento me dice tantas cosas y me arranca los ojos todo el silencio de la noche hasta decir basta. Y continuar, que el amanecer todavía no clarea en mi ventana y queda mucho por volver a repetir y tirar nuevamente los dados que la apuesta ya esta pagada.
Pero los perdedores no estaban contentos, por lo que decidieron redoblarla, jugándose la vida en ella.
Esperaron el momento apropiado, y después de pensarlo mucho decidieron la estrategia a utilizar.
Hasta el último momento se mantuvieron firmes en su decisión, así tuvieran que perder a uno de ellos.
Pero eso no les impidió seguir adelante y con el tiempo esa pérdida los ayudó para fortalecerse cuando creían que ya no podían siquiera distinguir cuáles eran sus objetivos. Pero qué importa el fin, si los medios para conseguirlo son de un extremado cinismo, además de un poco tramposos y viles. Son mis miedos, mis esperanzas que nunca terminan de prefigurar mi incierto futuro quizás con flores, quizás demasiado temprano.
Muy temprano para no cerrar los ojos y pretender que el silencio sea el mismo. Aunque los sueños van cambiando y las vidas también.
Cambiaron tanto que ni siquiera se reconocían en el tiempo, el tiempo, ese tiempo que toda tranquilidad es capaz de curar cualquier tipo de herida, heridas que con este mismo tiempo olvidamos o no somos capaces de recordar.
18/4/08
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1 comentario:
que lindo juego. me encanta que en un mismo texto se reflejen las ideas, sentimientos, y palabras de 10 personas.
voy a volver a impulsarlo, voy a volver a jugarlo.
besote shugo.
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