Seguramente, muy poca gente, o casi nadie lea esto (Acabo de notar que me quedé sin cigarrillos.)
De todas formas, surge la necesidad (Exhibicionista tal vez?) de escribirlo. Y a eso me remito, a intentar de alguna manera imperfecta, poner en palabras la casi indecible delicia de transcurrir una noche con ella, besándonos más allá de los labios.
Los cuerpos han quedado de lado, convirtiéndose en una manifestación burda quizá. Lo que existe trasciende, supera lo meramente corporal.
Personalmente, no creo en la existencia del alma. Sin embargo, adivino otro lugar, que se fascina, se pierde en esa vorágine de abrazarla.
Porque indudablemente, es ella. Y es la única que debiese ser abrazada esta noche. Ahora seguramente tenga los ojos cerrados. Yo los mantengo abiertos, y con ellos el recuerdo de unos labios inmunes al olvido.
Y parece todo tan irreal, como la luz terrible de la luna llena que miramos hace unos minutos en completo silencio. Pero tal vez, sólo tal vez ahora ella también esté pensando en mí. Y eso, solamente eso puede justificar esta triste página escrita en su ausencia.
Oh darling, darling stand by me.
